Capítulo 49
Capítulo 49
Capítulo 49
Después de que Ray termino de hablar, de inmediato trató de cubrir su boca. El sabia que Elias no quer ia escuchar esto. Al escucharlo, Elias resopló friamente. – Miguel no tiene nada que hacer todo el dia; se está enfocando en usar todos sus esfuerzos en conquistar a una mujer.. Mientr as entrecerraba sus ojos, se acercó para marcar a la linea telefónica.
–Bueno, ¿Quién es? –La dulce voz de Anastasia sono del otro lado.
– Te adverí que no te acercarás a mi primo. ¿No lo estas tomando en serio? –dijo Elias
friamente.
– ¿Por qué eres tan entrometido, Elias? Eres el jefe de la compañia, pero después del trabajo, no eres na die para mi –replicó con maldad.
La mirada de Elias se ensombreció. Esta mujer realmente tenia la habilidad de ser tan irritable.
–Si te atreves a jugar con su corazón…
–Sólo estamos saliendo como amigos. No es de tu incumbencia. – Anastasia colgó el teléfono tan pronto cuando termino de hablar.
El rostro de Elias se volvió aún más sombrio. – Esta mujer realmente es maleducada. ¿Por qué mi abuela querria que me casara con tal mujer?..
Después del trabajo, Anastasia fue la primera en salir rápidamente de su oficina mientras bajaba las esc aleras. El auto todo terreno de Miguel estaba estacionado en frente de la puerta, y probablemente era lla
mativo, Pronto, Anastasia se subió al asiento del pasajero en el auto antes de decirle: – ¡Vamos a recoger a Alejandro!
Miguel miró a la mujer que aún estaba en su uniforme de trabajo, y su fascinación por ella brillo en sus ojos. – Eres la mujer más hermosa que he visto en uniforme. –Anastasia se sintió encantada en su corazón. – Me gusta escuchar comentarios así.
Cuando recogieron al pequenin de la escuela, esthba muy feliz. Se sentó en su asiento de seguridad es pecialmente preparado para él en la parte trasera, incluso canto una canción que justo se habia aprendi do en voz alta.
–– Mamá y papá van a trabajar… y yo voy a la escuela. No debo llorar o causar problemas, pero se bueno y saludar é a mi maestro con un buenos dias.
Su brillante y fuerte voz sonaba feliz mientras cantaba. Anastasia aplaudió al ritmo de la canción, lo cual alentó a Alejandro a cantar más alto. De hecho, la canto varias veces. Incluso Miguel tarareo con ellos, y habia una atmosfera feliz en todo el auto. En el restaurante de clase alta, Miguel ordenó una cena gran de. Mientas miraba el hermoso rostro del pequenin, el deseo de convertirse en él padre de este niño se aceleró su corazón. Aunque Alejandro no era su propio hijo, definitivamente lo amararia como si fuera su hijo biológico. Pronto, su mirada cayó en la mujer frente a él. Mientras estuviera de acuerdo, él se casar ía con ella de inmediato, les daria a ambos un lugar seguro y protegido para llamarlo casa.
Caminaron por el centro comercial después de la cena, y el pequeñin tuvo algunos regalos. Dicho
esto, Anastasia realmente no estaba de acuerdo con la manera de Miguel de mostrar cariño a su hijo. Af ortunadamente, él no era el tipo de niño que fuera adicto a obtener regalos. A la 9:30 de la noche, el aut
o de Miguel se estacionó frente al departamento de Anastasia. Se sintió desconcertado cuando escuchó que fue rentado por su compania. Por lo que, parece que era tiempo para que mostrara su habilidad. D ecidió darle un departamento grande en el centro de la ciudad mañana para que así pudieran vivir en la comunidad más segura.
— Vamos dame un beso antes de que te vayas. – Miguel abrazo al pequeno, quien lo beso en la inejilla. Después, Miguel miró a la mujer a su lado y tamb ién queria que lo besara, pero no tenia el valor de pedirselo. En ese momento, no se atrevia a mostrar m ucho sus intenciones por miedo a asustarla. Anastasia se despido de el con la mano mientras sostenia a su hijo y se dirigian a su apartamento. Sin embargo, Miguel permaneció ahí por más tiempo.
Tan pronto Alejandro entró al departamento, hizo una pregunta que estaba pensado en todo este tiempo . – Mami, icrees que el tio Miguel es un buen hombre?
–Si, iclaro que lo es!
–¿Te cae bien?
–––Claro que me cae bien. – Anastasia ordenadamente guardó los juguetes en la casa mientras contesta la pregunta de su hijo.
–En ese caso, ¿quieres casarte con él? – pregunta de nuevo el pequeño
Las manos de Anastasia se congelaron mientras guardaba los juguetes. No pudo evitar girarse para mira Alejandro, isolo lo veo como un amigo!
Aunque el pequeño no entendía muy bien los sentimientos entre los adultos. «No pueden estar juntos si se caen bien?».
–––Mami, creo que al tio Miguel le gustas mucho.
Un atisbo de impotencia cruzó el corazón de Anastasia. Ella también podía sentir que Miguel claramente