Chapter 5
Capítulo 5
“Oye, hermano, ¿y esta chica que está contigo…?” Greta de repente noto que había alguien más detrás de Bosco. Lo examinó más de cerca y por alguna razón, un sentimiento de alarma brotó en su corazón.
“Greta, ella es Jazmin.” Bosco pareció recordar a Jazmín solo en ese momento. Se giró hacia ella, y su tono de voz ya no era tan suave como antes, sino más bien frío al presentarla, “De ahora en adelante, ella vivirá en la casa, compartiendo nuestro día a día.”
Greta se sorprendió, y su expresión facial se congeló por unos segundos.
Cuando miró de nuevo á Jazmín, había una mirada de sorpresa y asombro en sus ojos.
Cuando supo que Santiago y Magda planeaban traer de vuelta a su hija del campo, no le importó mucho.
Solo era una chica rural, no tenía por qué preocuparse por ella.
Aunque tuvieran la misma sangre, no podía compararse con ella.
Pero ahora, al ver que la chica rural que pensaba que sería ordinaria resultó ser una joven deslumbrante de belleza extraordinaria, Greta sintió cómo su sentido del peligro se disparaba al instante. Detrás de esos ojos brillantes y llenos de una sonrisa inocente, se filtró un destello de hostilidad.
“Hola Jazmín, soy Greta, mis papás ya me habían hablado de ti, y por fin hoy te conozco.” Greta estaba nerviosa por dentro, pero no dejaba traslucirlo, y llamaba a sus padres de una manera especialmente cariñosa.
La joven inclinó la cabeza con una sonrisa dulce y amigable extendiendo la mano hacia Jazmín: “De ahora en adelante seremos una familia, así que debemos cuidarnos mucho entre nosotras.”
Jazmín levantó ligeramente los párpados; debido a la falta de sueño, sus profundos ojos estaban velados por una capa de bruma, y al ver la delicada mano tendida frente a ella, la esquina de su boca se curvó con sarcasmo: “¿Una familia?”
Greta se quedó desconcertada por un momento: “Sí, claro. ¿Hay algún problema, Jazmín?”
Jazmín apretó los labios, con las manos en los bolsillos, ignorando completamente la mano extendida, y se burló: “Lo siento, pero tú y yo no somos familia.”
“No compartimos padre, ni madre, y es la primera vez que nos vemos.” Hizo una pausa y luego continuó, viendo cómo la cara de la joven frente a ella, de rasgos bonitos, se iba palideciendo poco a poco, y la sonrisa en sus labios se ampliaba, “Decir que somos una familia, ¿no te parece un poco hipócrita?” Greta la miró incrédula, y sus ojos se volvieron rojos de repente: “Jazmín, ¿cómo puedes…?”
“Jazmín, te has pasado.” Bosco se puso serio, con un tono frío, “Greta tiene buenas intenciones, puedes no aceptarlas, pero ¿tienes que ser tan desagradable al hablar?”
Jazmín levantó la mirada hacia Bosco, que protegía tanto a Greta, y una sombra de ironía cruzó su mirada. Se disculpó con facilidad: “Está bien, lo siento.”
Aunque dijo lo siento, no había ni un ápice de arrepentimiento en sus ojos.
Bosco se puso aún más serio: “Ya que piensas que no somos familia, supongo que tampoco necesitarás nuestra ayuda. Vámonos, Greta, no tenemos que preocuparnos por ella.”
“Pero, hermano…” Greta mordió su labio mirando a Jazmín con hesitación en su rostro.
“Tú has sido amable con ella, pero al parecer no lo aprecia. Esta persona es fría por naturaleza, tiene razón, ella y nosotros realmente no somos familia.”
Después de decir eso, Bosco se llevó a la joven que estaba a su lado y se alejó sin mirar atrás a Jazmín.
Jazmín los observó con una expresión indiferente mientras la pareja de hermanos se tomaba de la mano y entraba en la casa, sin mostrar ninguna emoción en su rostro, como si nada de eso realmente importara.
Sandra, que estaba al margen, tenía una expresión complicada en su rostro.
La recién llegada Jazmín realmente no sabía cómo ganarse el cariño de la gente.
Con ese carácter, temía que no duraría mucho en la casa de los Alcaraz.
Bosco iba a ser el heredero de la familia Alcaraz, y la señorita Greta era la hermana menor a la que Bosco adoraba. Jazmín acababa de llegar a la casa y ya había ofendido a ambos.