Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

chapter 83



chapter 83

Mi empresa.

El equipo de búsqueda aumentó considerablemente y aun and no habla noticias de mis padres después de más de treinta horas del accidente. La desesperación aumentaba con cada minuto que pasaba sin saber de ellos y la esperanza se desvanecia, pero es que no me podia explicar como es que no habla rastros de mi madre y mi padre, cuando ya hablan encontrados los restos del avión, incluso el cuerpo sin vida del piloto.

Vas a abrir un hueco en el pisa como sigas caminando de lado a lado. Vincent habló desde su asiento en la oficina de presidencia y ni siquiera lo mirë, mi teléfono tenia toda mi atención esperando por una llamada, por una noticia.

En este momento, me sentia atada de manos, sin saber qué más hacer y aunque todos me pedian que me concentrara en el trabajo mientras esperaba buenas noticias, me resultaba imposible, no tenia cabeza para ocuparme de mi trabajo.

¿Cómo es posible que no encuentren ni una pista? ¿Ya salió el informe del estado en el que se encontraba el avión? Ya es hora de que los culpables paguen y sabes de quienes estoy hablando! dije evidentemente allerada y Vincent se levantó de su silla con la intención de acercarse a mi, pero levanté mi mano para que ni siquier lo intentara.

No podemos hacer nada sin pruebas, lo sabes. Alexander se está encargado del informe, hoy se la entregarán, no podemos hacer nada más que esperar y conservar la calma. -lo mirë incrédula, sentia que la ( abeza estaba a punto de explotarme,

– ¿Calma? Cómo me pides que conserve la calma, si mientras estamos aqui sin hacer nada mis padres están desaparecidos y posiblemente estén… no tuve fuerzas para completar la frase, la sangre abandonaba mi cuerpo de solo pensar que mis padres estaban

muertos.

No digas lo que está pasando por tu cabeza, de ser asi ya nos hubieran informado, esta vez Vincent se acercó con éxito y me envolvió en un abrazo intentando calmarme, estando en sus brazos pensaba en las pruebas que nos hacian falta para acabar con los Dubois y pronto pregunté en su pecho.

¿Qué ha pasado con el investigador privado? El, aparte de Rachel, es el único que puede darnos las pruebas que necesitamos, no es suficiente con los documentos que nos entregó?-intentaba buscar lo más minimo para entregarlos a fa policia lo más pronto posible. pero Vincent se encargo de estumar la chispa de esperanza que me quedaba.

Unos comprobantes de pago y registros de llamada no pueden probar nada, lo único que puede servirnos ahora es el resultado de la auditoria, demostrando que han desviado fondos de la empresa en el periodo que el Sr. Dubois estuvo al mando, pero no podemos precipitarnos, si queremos hacer justicia debe ser por todo o por nada. -Vincent me hizo entrar en razón y esperé que siguiera hablando. -Y no queria decirtelo para no preocuparte, pero el investigador privado ha desaparecido. No quiero sacar conclusiones apresuradas, pero creo que se han dado cuenta que los investigaban, esto demuestra que cualquiera que esté al tanto de los delitos los Dubois corre un gran riesgo, es entendible que Rachel no quiera hablar. No podemos dar un paso en falso, Sarah, en realidad todos estamos en peligro. no podia sentir más que frustración y rabia por los limites que hablan cruzado, me resultaba dificil de creer que tengan la sangre tan fria como para hacer tanto daño.

Ahora más que nunca entendia el miedo de Rachel y porqué se opuso rotundamente a hablar, ella y sus padres estaban en peligro y no era un juego, no se lo podía tomar a la ligera.

-Los padres de Rachel.-dije separándome por completo de Vincent y lo miré seriamente, mientras que en sus ojos no había más que confusión por mi repentino cambio de tema. Necesitan protección, con todo lo que está pasando es seguro que presionarán a Rachel para que se mantenga callada, yo ya me encargué de la seguridad de Rachel, faltan sus padres.

Me encargo de ello enseguida. -sacó su teléfono para hacer una llamada y al siguiente segundo, la puerta de la oficina se abrió sin

antes tocar.

Pero miren quien está aqui.-escuché la voz de Alexander y oculté cualquier indicio de desesperación, pues habia llegado con Tristán y la que menos queria era que mi hijo me viera en este estado. -Dale un abrazo a tu mama, corre. Alexander soltó la mano de Tristán y el pequeño salió corriendo para abrazar mis piernas, de inmediato me agaché para abrazarlo y recargar fuerzas, él era lo único. que necesitaba para estar más tranquila.

-Mamá, mira lo que me compró papá Ales, es un auto igual al tuyn, -me mostró un Porsche no de juguete que tenia en la mano, podria decir que era una replica en miniatura de mi auto y lo miré con sorpresa.

-Voy mejorando con los regalos-dijo Alexander divertido, mientras se acercaba a Vincent.

Antes de que pudiera decirle cualquier cosa a Tristán para que no escuchara lo que Alexander y Vincent hablaban, apareció Paul en la entrada de la oficina y por acto reflejo, alce a Tristán en mis brazos como si quisiera protegerlo de él.

Oh, aquí están. -dijo como si hubiese estado haras buscando. Alexander, al escuchar su voz, se acercó rápidamente a mi y posó una de sus manos en mi espalda.

Papao, mira mi auto, me lo regalo papá Ales-Tristán le enseñó el auto con inocencia y Paul sonrio mientras lo miraba, no sé si era porque ya estaba al tanto de todo, pero su sonrisa no era real, de hecho, asustaba.

Papa Ales, que linda familia. -Paul habló con evidente sarcasmo y no pude evitar tensarme, ahora sabia que su visita no traeria nada bueno.-Sarah, lamento mucho lo de tus padres, deberian desistir en

su búsqueda, solo están perdiendo el tiempo, teonardo y Joelle ya deben estar muertos, acepta que ya no los verás más nunca, sera mas fácil superar su pérdida, senti una dolorosa punzada en el pecho al escuchar sus crueles palabras, adelantándose a los acontecimientos, pues no los daria por muertos mientras no fuera oficial,

aunque a veces se me pasaba la idea por la cabeza.

Yahi estaba el verdadero rostro de Paul, estaba dejando su farsa a un lado y escupla todo su veneno al frente de Tristán, quien no estaba enterado en lo más minimo del accidente de sus abuelos hasta este momento, no podia darle una noticia de tal magnitud a un niño de tres años, lo único que se me ocurrió fue decirle que estaban en un viaje largo,

-¿Abuelo y abuela están en el cielo?-Tristán preguntó tras un largo silencio en el que todos, incluyéndome, quedamos atónitos con las directas palabras de Paul, miré a Tristán impidiendo que se escaparan las lágrimas que se acumularon en mis ojos y negué con la cabeza.

-No mi amor, tus abuelos están de viaje, ¿to recuerdas?-le menti directamente a mi hijo, sintiendo que el nudo que apareció en mi garganta me dejaba sin aire. -Vincent, puedes llevar a Tristán al taller, por favor?-le pedi al hombre que se posicionó al otro lado de mi y me miró dubitativo por unos segundos antes de asentir con la cabeza y tomar a Tristán en sus brazos.

-Vamos a ver que nos enseñará Patrick hoy. -dijo Vincent mientras salia por la puerta con un descontento Tristán, quien pareció no haberse creido lo de sus abuelos.

Una vez que quedamos solos, sin la presencia de mi hijo, Paul se tomó el atrevimiento de pasearse por toda la oficina observando cada rincón. Alexander me pegó a su cuerpo con su mano, como si no quisiera soltarme mientras él estuviera cerca y de cierto modo, eso me hacía sentir segura.

Miré inexpresiva a Paul, después de deshacerme de las lágrimas que se quedaron en mis ojos, ét me mostró una sonrisa falsa y se sentó en la silla de Vincent con toda la confianza.

No caigas en su juego, solo quiere desestabilizarte. -Alexander susurro en mi oido y disimuló dejando un beso en mi cabeza, tomé una bocanada de aire para calmarnie, siguiendo el consejo del hombre a mi lado.

-¿Por qué dices tal cosa delante de Tristán? ¿Te has vuelto loco?-pregunté como si desconociera todo lo que ha hecho Paul, que él piense que nadie sabe de sus secretos y sus planes, era un punto a nuestro favor.

Lo siento, no estaba enterado de que le habían mentido al pequeño, supongo que la idea fue sugerida por el padre, to digo porque mentir se le da muy bien, quien sabe que mentira te habrá dicho para que volvieras a su lado. -senti el momento exacto cuando Alexander se tenso y conociéndolo como lo hago, seguro está conteniendo las ganas de estampar el puño en el rostro de Paul. Es lo minimo que se merece. -Si yo fuera el padre de ese niño… -Paul ni siquiera pudo terminar su venenosa frase, cuando Alexander me soltó y llegó hasta el escritorio con el rostro rojo de ira, para tomar a Paul de su camisa haciéndolo levantar del asiento.

Te tengo noticias, para la suerte de Tristán, no eres su padre. -Alexander habló con la voz tan fria, que la temperatura decreció en un segundo, logrando que mi piel se erizara..

Sin verlo venir, Alexander hizo lo que supuse hace un momento. Su puño se estrelló con fuerza en el rostro de Paul, haciendo que cayera de nuevo en la silla de Vicent.

Me exalté ante tal acto y al siguiente segundo quedé paralizada, mirando el rostro enfurecido oculto tras una sonrisa divertida de Paul, y pronto, sus dientes se mancharon de sangre, producto del puñetazo que Alexander le acaba de dar.

Alexander fue victima de sus propias palabras, él fue quien cayó en su juego.

-Muy bien, un simple colaborador acaba de golpear al presidente de Doinel. -sali de mi trance al escuchar aquellas palabras y mi ceño se frunció de inmediato, Alexander me miró mientras soltaba una risa sin gracia y supe que a él le parecia tan absurdo aquello, como a mi.

¿Acaso cree que, por estar sentado en la silla de Vincent, ya es el presidente de la empresa?

Definitivamente, se ha vuelto loco.

-¿Me he equivocado de persona? ¿He golpeado a Vincent? Creo que este hombre está delirando. - dijo Alexander fingiendo estar divertido por la situación y Paul soltó una carcajada antes de limpiarse la sangre que se escapaba por las comisuras de sus labios.

-Paul, vete de mi empresa. -dije fría y decidida, no soportaba ver el rostro del responsable de tantas desgracias en mi familia merodeando por la empresa, si no podia hacer nada para demostrar que él ha estado detrás de varios delitos, lo minima que podía hacer y lo más sano y seguro para todos, es que él saliera de Doinel y de nuestras vidas.

Soltó otra carcajada aún más fuerte que la anterior y negó con su cabeza mientras chasqueaba su lengua, como si le hubiese contado el mejor chiste,

– Querida Sarah, veo que ignoras cierta información y es que, esta empresa no te pertenece. -ahora la que rela sin la más minima gracia era yo. Por supuesto que me pertenece, esta es la empresa familiar de los Doinel y la ausencia de mis padres me dejaba como la accionista mayoritaria, podia tomar decisiones y si le ordeno que abandone la empresa, to debe hacer.

En serio que está loco.-dijo Alexander exasperado volviendo a mi lado mientras negaba con la cabeza, evidentemente irritado por las sandeces que soltaba Paul y tuve que pasar una mano por su espalda y la otra la dejé reposando sobre su abdomen en un intento por calmarlo.

trónico, los papeles se habían invertido con la visita de Paul.

-¿Es que no están enterados?-Paul preguntó de repente llamando mi atención y un mal presentimiento se atojó en mi pecho. No sabía qué locura podia soltar ahora, no tenia ni la más minima idea de lo que estaba tramando. -Tu padre antes de morir… Perdón. Tu padre, antes de desaparecer en un largo viaje, traspasó todas sus acciones a este humilde servidor. Por lo tanto, teniendo el cincuenta. por ciento que era de tus padres y el quince por ciento de los mios, me convierte en el accionista mayoritario de Doinel. Asi que, Sari, deberias pensarlo dos veces antes de echarme de mi empresa.

Quedé helada cuando Paul soltó aquella información y senti que la sangre abandonaba mi cuerpo, a la vez que mis piemas flaqueaban, de no ser porque Alexander me sostenia de la cintura, me hubiese desplomado en el suelo.

No, eso no era posible, mi padre no haria una locura de tal magnitud teniendo en cuenta que los Dubois solo querian perjudicarnos.

Pronto, un pequeño, pero importante detalle llegó a mi cabeza golpeandome con tanta fuerza, que la cabeza comenzó a dolerme. Miré a Alexander con preocupación y él me miró al mismo tiempo con la misma preocupación en sus ojos, entonces supe que él habia pensado lo mismo que yo y se trataba de lo que él mismo me advirtió.

Lo que firmó mi padre no fue el contrato de las modelos de talla grande. Mi padre firmó el traspaso de sus acciones a Paul

Dubois.


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