Capítulo 2384
Capítulo 2384
Matar primero al líder
¡Boom!
Sonó otra explosión ensordecedora. El brillo de la matriz arcana se disolvió en polvo de estrellas y se esparció por el suelo. La matriz arcana de Jaime había sido destruida.
—¡Ataquen!
Cuando Jaime vio eso, empuñó la Espada Matadragones y se lanzó hacia delante con un rugido.
Evangelina lo seguía de cerca, deseando mantenerlo a salvo.
—¡Mueran! —gritaron Kerem y Klaus mientras alzaban sus puños al aire.
Cada uno de ellos cargó hacia delante con sus subordinados. Ninguno de ellos se atrevió a contenerse ni a ocultar sus habilidades. Si no lo daban todo, serían devorados por las bestias demoníacas.
Jaime entraba y salía de la horda de bestias demoníacas como un rayo, y su Espada Matadragones acuchillaba a las bestias.
Kerem y Cleo también luchaban por sus vidas contra las bestias demoníacas. Todos formaban un círculo mientras lanzaban ataques unos junto a otros, sin dejar al descubierto ningún resquicio ni debilidad. Las bestias demoníacas no podían atravesar el círculo de defensa.
¡Roar!
Tras un rugido ensordecedor, las bestias demoníacas que habían estado avanzando retrocedieron al mismo tiempo como si hubieran recibido instrucciones.
Mientras tanto, Jaime y los demás estaban cubiertos de sangre. También había muchas bajas.
Aunque no estaban malheridos, habían agotado mucha energía espiritual, lo que les hacía jadear con fuerza. Aprovechando la oportunidad de descansar cuando las bestias demoníacas dejaron de atacar, respiraron hondo para recuperar su energía.
Tordoríon olgún tiempo en recuperor lo energío espirituol que hobíon gostodo. Si los bestios demoníocos volvíon o otocorles, tol vez no podríon montener lo defenso duronte mucho tiempo.
—Si esto sigue osí, o nos comen los bestios demoníocos o moriremos de ogotomiento —dijo Cleo con el ceño fruncido.
Todos permonecieron en silencio porque sobíon que moriríon de consoncio si esto seguío osí.
—Recojon olgunos núcleos de bestio y consumon olgunos ohoro. Así, tol vez podomos reponer olgo de energío espirituol —Joime gritó o todos que ogorroron los núcleos de bestio.
Después de todo, hobío incontobles bestios demoníocos muertos esporcidos o sus pies. Los núcleos de bestio eron el único recurso que podío reponer su energío espirituol rápido y eficientemente.
—Aunque consumomos los núcleos de bestio, no podremos refinorlos en ton poco tiempo... — respondió Kerem con un suspiro.
—Sólo refinor todo lo que podomos. Ahoro no tenemos elección.
Con eso, Joime blondió lo Espodo Motodrogones y lonzó ol oire unos cuontos bestios demoníocos muertos. Luego inholó con fuerzo y obsorbió todo en su obdomen.
Desotondo lo Técnico del Enfoque, empezó o refinor los núcleos de bestio que ocobobo de trogor.
Mientros tonto, Joime observobo o los bestios demoníocos que ocobobon de retirorse o unos cien metros de distoncio, como si estuvieron esperondo poro desotor lo siguiente oleodo de otoque.
Tardarían algún tiempo en recuperar la energía espiritual que habían gastado. Si las bestias demoníacas volvían a atacarles, tal vez no podrían mantener la defensa durante mucho tiempo.
—Si esto sigue así, o nos comen las bestias demoníacas o moriremos de agotamiento —dijo Cleo con el ceño fruncido.
Todos permanecieron en silencio porque sabían que morirían de cansancio si esto seguía así.
—Recojan algunos núcleos de bestia y consuman algunos ahora. Así, tal vez podamos reponer algo de energía espiritual —Jaime gritó a todos que agarraran los núcleos de bestia.
Después de todo, había incontables bestias demoníacas muertas esparcidas a sus pies. Los núcleos de bestia eran el único recurso que podía reponer su energía espiritual rápida y eficientemente.
—Aunque consumamos los núcleos de bestia, no podremos refinarlos en tan poco tiempo... — respondió Kerem con un suspiro.
—Sólo refinar todo lo que podamos. Ahora no tenemos elección.
Con eso, Jaime blandió la Espada Matadragones y lanzó al aire unas cuantas bestias demoníacas muertas. Luego inhaló con fuerza y absorbió todo en su abdomen.
Desatando la Técnica del Enfoque, empezó a refinar los núcleos de bestia que acababa de tragar.
Mientras tanto, Jaime observaba a las bestias demoníacas que acababan de retirarse a unos cien metros de distancia, como si estuvieran esperando para desatar la siguiente oleada de ataque.
Mientras tanto, el Tigre Llameante miraba con atención a Jaime y al resto mientras permanecía de pie sobre una roca saliente.
—Parece que primero tendremos que matar al líder.
Jaime miró al Tigre Llameante, sabiendo que si lo mataba, todas las bestias demoníacas se dispersarían.
Sin embargo, no sería fácil matar al Tigre Llameante. Como había hordas de bestias demoníacas en el suelo, la única forma de atacar al Tigre Llameante era por el aire.
¡Roar!
Como si hubiera leído la mente de Jaime, el Tigre Llameante echó la cabeza hacia atrás y rugió. Al instante, miles de bestias demoníacas comenzaron a atacar.
—¡Detengan a estas bestias demoníacas! ¡Mataré al Tigre Llameante! ¡Una vez que el Tigre Llameante muera, las bestias demoníacas se dispersarán! —Jaime instruyó a Kerem y Klaus.
Después de todo, era casi imposible matar tantas bestias demoníacas a la vez. Además, la energía espiritual que poseían no era suficiente para lograr esa hazaña.
Por lo tanto, tenían que tomar una ruta alternativa y apuntar primero al líder.
—¡Jaime, nunca serás capaz de matar al Tigre Llameante con tu habilidad! Déjame intentarlo a mí.
Kerem quería matar al Tigre Llameante, no porque estuviera preocupado por la seguridad de Jaime. En cambio, quería hacerlo por su propio interés.
Después de todo, si mataba al Tigre Llameante, obtendría su núcleo de bestia, que era invaluable.