Capítulo 19
Capítulo 0019
-Nuria está tan triste, no tenía hija propia, y la niña a la que crió con tanto esfuerzo se fue así, de repente.
-Sí, lo es. Recuerdo a Silvia, una niña tan inteligente y responsable. ¿Cómo se fue tan joven?
-La vida de la alta sociedad tampoco es fácil. La última vez que la vi regresar, parecía otra persona, tan delgada que parecía que un soplo de viento podría llevársela,
-Silvia solía hablar muy bien de su esposo con Nuria, pero todo eso era gran mentira. Después de tres años de matrimonio, ni siquiera la acompañó de regreso a casa...
Julio escuchaba estas conversaciones sin saber realmente qué decir.
Ese día, ni Nuria ni Silvia aparecieron.
Julio simplemente se recostó en la silla, medio dormido. No pasó mucho tiempo antes de que lo despertaran.
Nuevamente soñó con la muerte de Silvia...
Cuando abrió los ojos y miró a su alrededor, todo estaba silencioso y oscuro, sin rastro alguno de Silvia.
En ese momento, sintió que Silvia nunca regresaría.
Medianoche, las diez.
Los vecinos de Nuria fueron llevados a su casa para ser todos
interrogados. Había guardaespaldas por todas partes, haciendo que la habitación pareciera aún más pequeña.
-¿Dónde están ellas?
La gente aquí nunca había enfrentado una escena tan escalofriante así, todos estaban de pie en silencio, evitando mirar al sombrío Julio.
-La otra noche, escuché a Nuria llorar. Fui a ver y supe que Silvia había muerto.
-Cuando alguien muy joven muere, no es algo bueno. La cremaron esa misma noche.
La cremaron esa misma noche...
Julio finalmente se dio cuenta de que era real.
-Después de la cremación, Nuria desapareció...
Otros afirmaron en acuerdo.
Adrián preguntó por Luis.
Todos se miraron, indicando que no sabían dónde estaba Luis.
Dijeron que Luis era huérfano y, después de ser llevado un año, nunca más regresó.1
Medianoche.
La lluvia seguía cayendo fuerte, el cielo iluminado por relámpagos y truenos. El camino rural estaba embarrado y difícil de transitar.
-¿Qué tal si vamos al cementerio mañana?
Estos días han sido bastante agotadores, Adrián se sentía exhausto.
Julio lo miró.
Adrián cerró la boca de inmediato, sosteniendo el paraguas con cuidado mientras seguía a obedientemente Julio. Quería quejarse, pero no se atrevía.
A Julio no le agradaba Silvia, eso era evidente. Entonces, ¿por qué
estaba invirtiendo tanto tiempo y esfuerzo buscándola?
Finalmente llegaron. Julio vio la solitaria y lejana tumba en la colina de inmediato.
Detuvo sus pasos.
No sabía cuánto tiempo pasó antes de que dijera: -¡Ábranla y revisen!
Sin ver la muerte de Silvia con sus propios ojos, ¡en realidad no podía creerlo!
En la oscuridad de la noche, la expresión de Julio estaba totalmente congelada mientras observaba cómo abrían la nueva tumba poco a poco.
Su corazón le latía en la garganta. Finalmente, un guardaespaldas se acercó con una urna de cenizas.
Julio permaneció imperturbable en la oscuridad.
-Llévensela.
En el camino de regreso, Julio estaba notablemente tranquilo.
Nunca ocultaba sus emociones, pero hoy nadie podía adivinar si se encontraba feliz o triste.
Después de varios días sin dormir
bien, apoyado en el respaldo de 'l'a1 ye
silla aún no sentía sueño. The
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Con la mirada estrecha y perdida, miró a través de la del coche Silvia solía
hacia la
vivir
a ciudad donde
vivir. En su mente, estaba su rostro y su voz. The content is on
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-¿Puedes abrazarme? Tengo frío...
-Si muero, ¿te sentirías triste?
-En realidad siempre he deseado que seas feliz...
+25 RONUS
De reperate sugarganta le dolió sin razón aparente.
Nadie violtalasera sorojas en los ojos de Julio reflejadas en la ventana del coche.e.
En este mundcloobayaadie que no puede vivir sin una cierta personala.
Cuando Juliciorare tale ccenizas de
Sivia de regreso, todos los que lan conocieron pensarono terrenimente estaba muerta.
cpnoclecoopers Josquelan
Lo mismo ocurrio o candolo econtraron a Luis, la conclusión fue la misma.
Despues de unos breve suaspores, todos volvieron a su vida cotidiana.
Pero Julio era totalmente diferermate