Capítulo 17
Capítulo 0017
Natalia, por supuesto, no recordaba estas cosas.
Sin embargo, era muy perspicaz y notó que casualmente hoy David estaba actuando de manera muy diferente, especialmente desde el principio, cuando él no dejaba de mirar su brazo.
Natalia se dio cuenta de algo y fingio recordar inmediatamente el pasado con David:
-Claro que lo recuerdo, en ese momento estabas cubierto de sangre y me asustaste.
-Todavía recuerdo que, para sacarte de un coche a punto de
explotar, forcé con violencia la puerta y terminé con el brazo lleno de heridas.
-No sabes lo espantosas que eran las cicatrices en mi brazo después de que sanaron. Afortunadamente, se desvanecieron después de una cirugía posterior....
Natalia sabía muy bien lo de la herida en el brazo, ya que ese día vio a Silvia y luego le preguntó precisamente sobre ello.
Antes, David habría creído todos sin dudar de las palabras de Natalia, pero ahora estaba lleno completamente de dudas. Aquella chica que lo salvó le dijo más de una vez: -Debes ser fuerte, no-no tengas miedo-. Recordaba esas palabras clara y nitidamente.
Después de la cena, antes de irse, David miró profundamente a Natalia y le dijo con significado: -Después de tanto tiempo juntos, deberías conocer mi temperamento. Lo que más odio es que me mientan.
Viendo a David alejarse, Natalia estaba un poco asustada, pero
pensó que ahora que Silvia había muerto, no había pruebas. Si David descubría algo, simplemente lo negaría todo, ¿verdad? Cuando David regresó a casa, de inmediato ordenó investigar lo sucedido aquel año. En el pasado, cuando Natalia dijo que era su salvadora, él no investigó mucho, ya que aparte de ella, no había otras personas que dijeran haberlo salvado. Pero ahora descubrió que las cosas no eran él como pensaba...
Esperaba realmente no haberse equivocado de persona.
Fuera de la Villa Oasis.
Julio estaba sentado en el coche, encendiendo un cigarrillo tras otro. Hoy fue al antiguo lugar de residencia de Silvia, pero ya no vivía allí. Había enviado a alguien a investigar el paradero de Silvia, pero hastal ahora no la habían encontrado.
aa
Julio apagó el último cigarrillo, con un ligero dolor de cabeza. Bajó del coche y al abrir la puerta, vio una figura bastante familiar. Con prisa se acercó para abrazarla, pero en el momento en que llegó, la figura desapareció por completo...
Entonces Julio se dio cuenta de que estaba alucinando.
Sentado en el sofá, escondiendo la decepción en sus ojos, Julio se frotó rápidamente la frente. No había dormido en toda la noche y ahora estaba totalmente agotado. Sin embargo, no sabía por qué, no podía conciliar el sueño de nuevo.
No creía que ella hubiera muerto....
¿Cómo podía haber muerto?
Anoche estaba bien...
Sonó un leve golpe en la puerta y Julio se levantó apresuradamente
para abrirla.
Era David.
Sostenía gruesos archivos médicos y parecía estar bastante agotado.
-He venido a traerte los registros médicos de Silvia de estos últimos años,, dijo David mientras entregaba en orden los archivos.
Julio los recibió, sin poder creer que eran más de cien páginas.
Al abrir los archivos, vio que la mayoría de los tratamientos de Silvia comenzaron tres años después...
Julio hojeaba rápidamente las páginas.
David, sentado pensativo frente a él, no pudo contenerse y dijo:
-Silvia realmente ha muerto. Vi en los
registros que sufría de depresión
severa y estaba embarazada Hace
unos días intento suicidarse n tomando una gran cantidad de pastillas para dormir y esta vez se cortó las venas, pero no pudieron salvarla. Read the latest
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Cuando escuchó sobre el embarazo, Julio se detuvo al instante, incrédulo.
No respondió a David y continuó hojeando rápidamente los informe médicos de los últimos años de Silvia.
Página tras página, el pecho de Julio
parecía estar siendo aplastado por una roca gigante, sin poder siquiera respirar.
Pero, con frialdad, dijo:
-¿Depresión severa? ¿Acaso fue m culpa? ¡No fui yo quien la obligó a sarse conmigo!
Cuando vio los resultados del
examen de embarazo de Silvia, m
calculando la fecha, fue la primera
vez que estuvieron juntos.
-Embarazada... Julio miró en detalle los informes médicos una y
otra vez, diciendo con dureza: -¡Quién sabe de quién es el hijo que llevaba!
Al escuchar esto, David sintió una triste compasión por Silvia.